Dos olanchanos y un destino
Por Boris Zelaya Rubí
Ya no tenemos ni la menor duda, los ahora camaradas y compañeros, se han propuesto tercamente y obedeciendo a pactos o pláticas secretas con otros, a instalar la constituyente. Se han dedicado a destruir nuestro sistema de gobierno, con el propósito fundamental de la reelección ¿a beneficio de quién? Ese es el punto “toral” del asunto, como decía el “perfumado de el Hatillo”. El accionar cotidiano del actual mandatario, se está caracterizando por su capacidad de confundir al pueblo, cuando lo entrevistan dice lo contrario a lo que dijo el día anterior, dejando a los subalternos que lo defienden, en completo ridículo.
Es urgente un comunicado de las autoridades del Comité Central del Partido Nacional, para todos los correligionarios a nivel nacional, aclarando que la conducta del mandatario que el nacionalismo llevó al poder, no está basada en los principios de nuestro gran partido, las actitudes de Porfirio Lobo obedecen a propósitos personales, casi hermanados con los del tal “Mel”, probablemente con el único fin de entronizar con “elecciones democráticas” un líder vitalicio, al estilo de Chávez y sus obedientes gobernantes de algunos países del sur.
Desgraciadamente no todos los grandes líderes de los partidos tradicionales, tienen la catadura moral para erigirse como los defensores de nuestro sistema, pues algunos con sus malos ejemplos, han hecho que los decepcionados sean blanco fácil de los que ofrecen la luna y las estrellas. Aunque por las flaquezas de nuestra justicia, los grandes saqueadores de las arcas no están tras las rejas, el pueblo los juzgó y condenó para siempre.
Los beneficiados en forma privada o pública (empresa privada y políticos) de varios gobiernos, tienen el deber de salvar la democracia, y en cuanto a los uniformados, pareciera que el par de olanchanos les han “comido la lengua” con la complicidad del nefasto Insulza, se han llenado de miedo y según dice Juan Pueblo ¡les están temblando las piernas! Les recordamos que son los garantes de nuestra Constitución y por ende de nuestro sistema ¿cuál es el pánico? ¿Estarán esperando que los vengan a dirigir algunos milicianos sandinistas o los compañeros de armas de Chávez? Hagan redadas junto a los representantes de los derechos humanos, para que miren que los criminales también tiran a matar, estamos seguros que esos funcionarios con el susto romperían las marcas mundiales de velocidad. En la moda de las invasiones y los bochinches callejeros deben poner orden junto a la policía, por cierto estos últimos sin ningún afán de levantar perfiles políticos.
La consulta al pueblo para una constituyente ¡no funcionará! Todos sabemos los malabares que se pueden hacer con petrodólares, no permitamos que nos lleven a esos extremos, digamos desde ahora no a la consulta y no a la constituyente. De los males que adolece nuestro sistema son: la corrupción y la mala aplicación de la justicia, ambos son curables. Demostremos desde ahora que ningún pacto está por encima de nuestras leyes ¡Fuera ñángaras!
Ya no tenemos ni la menor duda, los ahora camaradas y compañeros, se han propuesto tercamente y obedeciendo a pactos o pláticas secretas con otros, a instalar la constituyente. Se han dedicado a destruir nuestro sistema de gobierno, con el propósito fundamental de la reelección ¿a beneficio de quién? Ese es el punto “toral” del asunto, como decía el “perfumado de el Hatillo”. El accionar cotidiano del actual mandatario, se está caracterizando por su capacidad de confundir al pueblo, cuando lo entrevistan dice lo contrario a lo que dijo el día anterior, dejando a los subalternos que lo defienden, en completo ridículo.
Es urgente un comunicado de las autoridades del Comité Central del Partido Nacional, para todos los correligionarios a nivel nacional, aclarando que la conducta del mandatario que el nacionalismo llevó al poder, no está basada en los principios de nuestro gran partido, las actitudes de Porfirio Lobo obedecen a propósitos personales, casi hermanados con los del tal “Mel”, probablemente con el único fin de entronizar con “elecciones democráticas” un líder vitalicio, al estilo de Chávez y sus obedientes gobernantes de algunos países del sur.
Desgraciadamente no todos los grandes líderes de los partidos tradicionales, tienen la catadura moral para erigirse como los defensores de nuestro sistema, pues algunos con sus malos ejemplos, han hecho que los decepcionados sean blanco fácil de los que ofrecen la luna y las estrellas. Aunque por las flaquezas de nuestra justicia, los grandes saqueadores de las arcas no están tras las rejas, el pueblo los juzgó y condenó para siempre.
Los beneficiados en forma privada o pública (empresa privada y políticos) de varios gobiernos, tienen el deber de salvar la democracia, y en cuanto a los uniformados, pareciera que el par de olanchanos les han “comido la lengua” con la complicidad del nefasto Insulza, se han llenado de miedo y según dice Juan Pueblo ¡les están temblando las piernas! Les recordamos que son los garantes de nuestra Constitución y por ende de nuestro sistema ¿cuál es el pánico? ¿Estarán esperando que los vengan a dirigir algunos milicianos sandinistas o los compañeros de armas de Chávez? Hagan redadas junto a los representantes de los derechos humanos, para que miren que los criminales también tiran a matar, estamos seguros que esos funcionarios con el susto romperían las marcas mundiales de velocidad. En la moda de las invasiones y los bochinches callejeros deben poner orden junto a la policía, por cierto estos últimos sin ningún afán de levantar perfiles políticos.
La consulta al pueblo para una constituyente ¡no funcionará! Todos sabemos los malabares que se pueden hacer con petrodólares, no permitamos que nos lleven a esos extremos, digamos desde ahora no a la consulta y no a la constituyente. De los males que adolece nuestro sistema son: la corrupción y la mala aplicación de la justicia, ambos son curables. Demostremos desde ahora que ningún pacto está por encima de nuestras leyes ¡Fuera ñángaras!
